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 CANCIÓN DEL DÍA DE LA TIERRA

(Con disculpas a Charles Dickens)

Por Torran Anderson

Traducido por Diego Galán Donlo

 

Era la noche anterior al Día de la Tierra.

La Botella de Plástico Scrooge se revolvía y giraba en su cama.

—¡Odio el 22 de abril! —gritó Scrooge— Todos los fanáticos del medioambiente diciéndonos que tenemos que amar el planeta. ¡Es una pérdida de tiempo!

Oyó un sonido metálico horrible, como si alguien estuviera arrastrando un montón de algo dentro de su casa.

Una figura entro por la puerta.

—¿Quién eres? —preguntó Scrooge.

—¿Quién soy? —respondió la figura— Soy tu antiguo compañero el poliestireno. ¿Recuerdas como teníamos planes de vivir para siempre?

—¡Bobadas! —dijo Scrooge.

—¡Escúchame! —gritó el fantasma— Llevo las cadenas del derroche y el desperdicio. Ahora viviré para siempre en un vertedero atrapado entre un viejo perrito caliento y un pañal usado. Estoy  aquí para avisarte de que tú puedes evitar mi destino. Esta noche serás visitado por tres espíritus.

—Paso —dijo Scrooge— Necesito dormir.

—Espera al primero de los espíritus cuando las campanas den la una.

El fantasma poliestireno se fue de la habitación flotando seguido por una montaña de basura.

Scrooge trató de dormir pero seguía viendo la cara de su viejo amigo rodeada por basura apestosa para la eternidad.

Las campanas dieron la una y una sucia mano negra abrió la puerta.

—¿Quién eres? —preguntó Scrooge escondiéndose bajo las sábanas.

—Soy el fantasma del plástico pasado.

—¿El pasado antiguo? —preguntó Scrooge.

—No, tu pasado —La mancha negra puso su mano alrededor de Scrooge y se sumergieron a través del suelo— Ven conmigo.

Descendieron muy profundamente bajo tierra a través de capas de piedra y arena.

—Conozco este lugar —dijo Scrooge— Yo soy de aquí.

—Eso es cierto —dijo el fantasma— tu empezaste como petróleo. Se tardó millones de años en formarte.

Scrooge alargo su mano para tocar el negro petróleo.

—Esto no son nada más que sombras de lo que ha sido; veamos lo que te pasó a ti.

Oyeron un taladro entrando estrepitosamente a través del techo y el petróleo fue absorbido y llevado a una refinería de petróleo.

Scrooge observaba mientras era calentado, enfriado, y cambiado hasta que aterrizó en el suelo de una fabrica en la forma de bolitas de plástico.

—¿Conoces este lugar? —preguntó el fantasma.

—Si —dijo Scrooge. El apenas podía creer lo que veía mientras era llevado a una planta de fabricación y  era moldeado en la forma de una botella de plástico.

—Nunca olvides de dónde vienes —dijo el fantasma— Tú vienes del petróleo. Es una fuente no—renovable; debemos reducir cuanto lo usamos.

Imágenes aparecieron breve y repentinamente ante Scrooge y recordó todo. Recordó estar tumbado con millones de otros recipientes de plástico, siendo embotellado, y, finalmente, mirando a través de un escaparate en una gasolinera.

La mancha negra se desvaneció a través de la puerta, pero sus palabras permanecieron con Scrooge,

Reduce,

Reduce,

Reduce.

 

Scrooge collapsed en su cama y cayó en un sueño sin descanso.

El reloj dio las dos y se sentó en su cama.

—¡Qué pesadilla! —dijo Scrooge.

Miró al lado de su cama y dio un salto. Una gigantesca bolsa de plástico flotaba en el aire.

—¿Me conoces? —preguntó el fantasma —Soy el fantasma del plástico presente.

—¡Fuera de mi habitación! —gritó Scrooge.

—Hay cosas que tengo que mostrarte —dijo el fantasma— Agárrate a mi asa.

Se elevaron en el aire y salieron disparados por la pared. Volaron sobre la ciudad y por el límite de ella pasaron sobre el vertedero.

—Conozco el vertedero — dijo Scrooge— Ahí es donde mi amigo poliestireno vive.

—No es ahí donde te estoy llevando —dijo el fantasma.

Excavadoras empujaban montones de suciedad sobre la basura del día. Scrooge se estremeció y se agarró del asa del fantasma.

Volaron millas y millas hasta que los primeros indicios de la luz del día brillaban en el horizonte. Se adentraban rápidamente sobre el océano.

El espíritu ondeaba su mano y un una figura enorme brilló en la distancia.

—¿Qué es esa isla? —preguntó Scrooge.

—Eso no es una isla —dijo el fantasma. La bolsa de plástico miró muy de cerca a Scrooge— Eso es basura.

—No entiendo —dijo Scrooge — ¿Cómo puede ser?

Volaron sobre la Gran Mancha e basura del Pacífico, una isla de basura flotante con dos veces el tamaño de Hawái.

—No toda nuestra basura va a los vertederos, también contamina nuestro medio ambiente —Señaló a los trocitos de plástico flotando bajo la superficie de agua— Gran parte de esta basura podría haber sido reutilizada, pero, sin embargo, alguien decidió tirarla al suelo.

Estaban suspendidos justo sobre la superficie. Una tortuga marina tenía su cuyo atrapado en una anilla de plástico.

—Espíritu —dijo Scrooge— dime que la tortuga marina sobrevivirá. Di que será liberada.

El fantasma no contestó. Desapareció en el viento, pero oyó la voz del espíritu en la brisa,

Reutiliza,

Reutiliza,

Reutiliza.

 

Las campanas sonaron.

Un fantasma solemne, cubierto y encapuchado en una bolsa de basura negra, estaba de pie frente a Scrooge.

La botella de plástico se paralizó de terror.

—Debes de ser el fantasma del plástico futuro —dijo Scrooge— De todos los espíritus, eres al que mas temo. No quiero ver lo que pasará.

El espíritu no contestó, simplemente señaló con su mano huesuda.

El fantasma lo guio hasta una fábrica en la que vio a una botella de plástico tumbada en una cinta transportadora.

—¿Soy yo? —preguntó Scrooge— ¿Qué me está pasando?

El espíritu señaló mientras la botella de plástico era troceada en miles de piezas y hervida con otros plásticos.

—¡No, Espíritu! —gritó Scrooge, llorando— Yo no quiero terminar así. Honraré el Día de la Tierra en mi corazón y lo conservaré todo el año. Viviré en el pasado, presente, y futuro. Los espíritus de los tres vivirán en mí. Dime que no acabaré así.

No quería ver lo que estaba pasando, pero no podía apartar su mirada.

Scrooge vio cómo se convertía en un hilo fino y se transformó en lana sintética.

—¡No me lo creo! —exclamó Scrooge— No tengo que vivir en el vertedero. No tengo que se basura. Puedo ser transformado en algo nuevo.

El fantasma del plástico futuro no habló. Dio media vuelta y se fue, alejándose de Scrooge. En la parte de atrás de su capa se leían tres palabras,

Recicla,

Recicla,

Recicla.

 

Scrooge parpadeó y estaba de nuevo en su cama. Corrió hacia su ventada y la abrió de par en par.

—¿Qué día es hoy?

—Es el Día de la Tierra —contestó una niña.

—¡No me lo he perdido! —exclamó Scrooge— Podemos vivir de un modo distinto. Podemos cuidar a nuestro planeta.

Corrió por la puerta principal y cantó con todas sus fuerzas. Sus palabras se repitieron por la calle mucho después de que él hubiera pasado.

Reduce,

Reutiliza,

Recicla.

 

 

Una nota sobre Reduce, Reutiliza, Recicla

 

El plástico es un increíble material ligero que se puede convertir en todo tipo de cosas. Pero cuando usamos objetos de plástico una vez y los tiramos, esto crea una gran cantidad de desperdicios. Cada año, en Estados Unidos se tiran ¡250 millos de toneladas de basura! Esto es suficiente para cubrir el estado de Tejas completamente de basura—dos veces. De media, cada persona en Estados Unidos produce 4.5 libras de basura cada día.

Como la Botella de Plástico Scrooge, cada uno de nosotros podemos hacer una diferencia en lo que compramos y lo que tiramos. Cuando reducimos, reutilizamos, y reciclamos:

  • Ahorramos recursos naturales
  • Ahorramos espacio en nuestros vertederos
  • Ahorramos energía
  • Reducimos la contaminación
  • Ahorramos dinero

 

Reducir

La palabra reducir significa hace algo más pequeño. Cuando hablamos de reducir nuestros residuos, significa hacer más pequeña la cantidad de basura. Reducir puede ser tan simple como usar menos servilletas de papel en restaurantes de comida rápida. Comprar productos con menos envoltorios nos ayuda a reducir la cantidad de residuos que estamos creando. Volver a pensar si verdaderamente necesitamos lo que compramos reduce mucho lo que consumimos. Reducir es la primera de las tres erres porque es la más importante. Cuando reducimos, impedimos que nuestros desechos ocurran. Es la manera más efectiva de ayudarnos a conservar nuestros recursos naturales.

 

Reutilizar

A veces usamos algo y luego nos deshacemos de ello. Cuando reutilizamos algo, encontramos formas de utilizarlo de nuevo. Podríamos dar nuestras ropas viejas, libros y juguetes a amigos o a tiendas de segunda mano. Algunas personas trabajan para reciclar para mejorar cosas que solían ser tiradas a la basura. El reciclaje para mejorar ocurre cuando usas viejos materiales y los transformas en algo nuevo e incluso mejor. Una vieja tira de papel de burbujas podría convertirse en un bolso, o una pila de viejas matrículas de coche podrían convertirse en una caja para el almuerzo. En vez de tirar algo podemos encontrar modos divertidos y creativos para usarlos de nuevo.

 

Reciclar

Reciclar es solo una pequeña parte del pensar como podemos usar nuestros recursos naturales. Casi la mitad de las cosas que tiramos en al vertedero podrían ser recicladas. Reciclar ocurre cuando algo viejo es convertido en algo nuevo. Materiales como papel, aluminio, cristal, y plástico, son destruidos y reconstruidos para hacer nuevos productos. Algunos de estos materiales son reciclados en el mismo material (el cristal se convierte en más cristal) otros son transformados en algo diferente (las botellas de plástico puedes transformarse en alfombras, discos voladores,  y lana sintética). Cuando hacemos objetos de materiales reciclados usamos menos energía y recursos naturales que si los hacemos de cero. Hacer productos de materiales reciclados también reduce la cantidad de contaminación del aire y del agua que producimos.

 

El Día de la Tierra empezó en 1970 para reservar un día en el que  apreciar y darnos cuenta del medio ambiente. No tenemos que esperar hasta el 22 de abril para celebrar el Día de la Tierra. Cada día podemos reducir, reutilizar, y reciclar.

 

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